«Mi historia se entrelaza con la de una multitud de personajes bastante complejos y pertenecientes a todos los ámbitos, cuento con mucha información que le servirá para completar sus investigaciones. Temo por mi vida. No sé cuál sea mi destino, mi vida está en manos de Dios, pero debo descargar toda la información que he acumulado antes de que algo me pase.» – Celeste V.
Tras publicar Emma y las otras señoras del narco y convocar a romper el pacto de impunidad dentro de los cárteles de la droga, Anabel Hernández recibió un inquietante mensaje. Mujeres y hombres respondieron al llamado, revelando los secretos del mundo en el que han vivido. Es así como Celeste, quien durante más de una década fue pareja sentimental de Arturo Beltrán Leyva, se convierte en la guía de un viaje por el infierno donde ella vivió y conoció a los jefes de la droga más temidos de los últimos tiempos.
Por medio de un testimonio descarnado y sin censura, el lector sube a una montaña rusa y hace un recorrido por el inframundo del narcotráfico. En diversas partes del trayecto, junto con los jefes de la droga, aparecen funcionarios públicos, empresarios y políticos en reuniones, llamadas telefónicas y grabaciones. En otros tramos, se ve caminar con tacones altos a decenas de mujeres cuya presencia motiva y perpetúa la maquinaria criminal. Celeste no solo abunda en detalles sobre las famosas Ninel Conde y Galilea Montijo y su vínculo con Arturo Beltrán Leyva, sino que revela la interacción de otras famosas como Mariana Ríos, Dorismar, Betty Monroe, Karla Luna, Karla Panini, Patricia Navidad o la socialité Violeta Vizcarra, una de las encargadas de enganchar a las famosas para llevarlas ante el líder de los Beltrán Leyva.
En el último tramo, la autora explora infiernos paralelos al de Celeste, incluyendo el propio. Asiste al juicio contra Genaro García Luna en Nueva York, donde se encuentra con su esposa Linda Cristina Pereyra. Y, finalmente, se adentra en los núcleos familiares de los Chapitos, cuyo momento criminal está en auge.
«El infierno en el que ellas “aman” es el mismo que nos consume como sociedad y nación. Es a través de las señoras del narco y su interacción con los jefes de la droga que puede derribarse la barrera y no solo conocer los perfiles criminales, sino la psique de quienes comandan.»
ENGLISH DESCRIPTION
“My story is entangled with that of a multitude of quite complex characters coming from all walks of life, I have a lot of information that will help you complete your investigations. I fear for my life. I don’t know what my destiny holds, my life is in God’s hands, but I must handover all the information I have accumulated before something happens to me.” -CELESTE V.
After publishing Emma and Other Narco Women and calling to break all impunity pacts within the drug cartels, Anabel Hernández received a disturbing message. Men and women responded to the call, revealing many secrets of the world in which they have lived. This is how Celeste, who was Arturo Beltrán Leyva’s partner for over a decade, becomes the guide on a journey through the hell where she lived and where met the most feared drug lords of recent times.
With her raw, candid, and uncensored testimony, the reader takes a roller coaster ride through the underground world of drug trafficking. In various parts of the journey, alongside the drug bosses, we see many public officials, businessmen, and politicians engaging either in meetings, phone calls, or recordings. In other sections, we see dozens of women in high heels whose presence motivates and perpetuates the criminal machinery. Celeste not only goes into details about celebrities like Ninel Conde and Galilea Montijo and their relationship with Arturo Beltrán Leyva, but also reveals interactions by other celebrities such as Mariana Ríos, Dorismar, Betty Monroe, Karla Luna, Karla Panini, Patricia Navidad and socialite Violeta Vizcarra, who was tasked with enticing the famous women to take them to the leader of the Beltrán Leyva group.
In the last section, the author explores other infernos parallel to Celeste’s, including her own. She attends the trial against Genaro García Luna in New York, where she meets his wife, Linda Cristina Pereyra. And, lastly, she delves into the family nuclei of El Chapo Guzman’s four sons, whose criminal dealings are on the rise.
«The hell in which they live, and “love” is the same one that consumes us as a society and nation. It is through the women of Narcoland and their interaction with the drug bosses that we are able to break down those barriers and not only get to know the criminal profiles, but the psyche of those who oversee it all.